Pues Paz y yo también tenemos vida fuera de Isidore Newman y Stephanie Davis, una de las profesoras de Lengua Española, nos preparó una intensa sesión de sábado por la mañana en Magazine Street, la calle de compras más maravillosa de New Orleans. Eso sí, es, sin exagerar nada, kilométrica!
Hubo varias tiendas que acapararon mi atención, como una pastelería impresionante llamada Sucré donde venden pasteles al estilo de la Durée parisina (supongo que la similitud en el nombre no es una mera coincidencia), los pintorescos Macaroni, pero menos sabrosos que el de chocolate y vainilla que me tomé.
Justo al lado nos encuentramos con una de esas "stores" que me apasionan y que se sitúan entre la obsesión y el surrealismo... Tiendas que podríamos ubicar en la categoría de "especialización-extrema" y que en este caso vendía únicamente candados y derivados. Me recordó a otra que descubrí hace tiempo en Madrid cerca de la Casa Encendida y que vende exclusivamente muelles... (algún día espero que alguien se anime a escribir un libro sobre este tipo de establecimientos). Paz casi se compra aquí un pelícano hecho con trozos de tornillos y herramientas viejas, pero las dificultades de transporte y alimentación de semejante especie la disuadieron de ello.
Por último llegamos a Jim Russell´s records, lo que podríamos definir como el paraiso del vinilo-adicto y aunque yo ya he sido absorbido definitivamente por la generación "empizrí" (mp3) no podía irme de allí sin unos discos de pizarra (78 rpm) de Blues y Gospel, y un single de "Go to the Mardi Grass" del genial e inimitable Professor Longhair que descansará enmarcado en una de las paredes de mi estudio junto a un collar del carnaval de NOLA.
Pero me da que no hemos acabado nuestra relación con Magazine Street ya que hoy he descubierto en Internet la tienda de camisetas Dirtycoast y a juzgar por los diseños de la web va a ser que alguna de esas estampas me acompañará de vuelta.
Y como no todo va a ser consumir, auque esto es USA y las compras son parte de la inmersión cultural, hoy hemos ido a pasear al lago y al City Park y hemos disfrutado de una cena perfecta con Katherine, Myriam y Natasha.
Mañana descenderemos de nuevo al French Quarter a caminar, escuchar, mirar, perderse, agotarse, empaparse en una deriva sin fin fluyendo al amparo del Mississippi en las calles en las que sonaron Louis Armstrong y King Oliver y resuena Dr. John, sobre las que escribieron William Faulkner, Tennessee Williams, William Burroughs y otros Beats que se dejaron caer por aquí y que Edgar Degas perfiló con su pincel...
Se ve que todo marcha perfectamente. No sé si Quico estará leyendo esto, pero seguro que a la vuelta te pedirá que incorpores esta inmersión en la cuna del jazz al próximo festival.
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